viernes, 14 de enero de 2011

Los Spurs arriesgan su identidad

En ningún otro país como en Inglaterra existe una conexión tan importante entre un club de fútbol y un barrio. Los orígenes de un equipo de fútbol son sagrados por lo que cualquier decisión de futuro debe estar acorde con la historia y la tradición. ¿Se imaginan al Real Madrid abandonando el Santiago Bernabéu y marchándose a la Ciudad Deportiva Alfredo di Stéfano, en el entorno de San Sebastián de los Reyes, y cambiando su denominación por la de Real San Sebastián de los Reyes? Una locura impensable. Recientemente el RCD Español abandonó Montjuic para instalarse en el nuevo estadio Cornellá-el Prat, dejando un barrio para asentarse en otro. Nadie protestó. No hubo mayor revuelo. Sí que ha creado mayor crispación cuando se ha dejado caer que el Atlético de Madrid podría abandonar el Vicente Calderón para mudarse a otro estadio de mayor capacidad en algún otro punto de Madrid. No obstante, la denominación del club no estaría en entredicho en ningún caso. Nuestro protagonista hoy es el Tottenham Hotspurs quien se propone cambiar su vetusto estadio por otro situado en un barrio diferente, desatando así un clima de crispación social que podría incluso acabar con un cambio de nombre del club. ¡Empezamos!

 
Crisis. El cambio de feudo puede provocar una crisis.

White Hart Lane ha sido el hogar del Tottenham Hotspurs desde 1899 pero sus 36.310 asientos no son suficientes para satisfacer a la gran masa social de los Lillywhites por lo que de un tiempo acá se reactivaron los planes para cambiar de estadio. Incrustado dentro del populoso barrio norteño de Tottenham la identidad entre vecindario y club es total prácticamente desde su fundación. David Lammy, político local y representante del barrio en el Parlamento Británico, recuerda que el equipo fue fundado hace 120 años por un grupo de jóvenes en la iglesia Hallows, situada en el corazón de Tottenham. La intención inicial de los propietarios no era la de marcharse de Haringey –distrito que engloba al barrio de Tottenham- por lo que se determinó el coste de la demolición y reconstrucción en el entorno del actual recinto. La mareante cifra de 450 millones de Libras obligó a los rectores del club a buscar un plan B. Un más que polémico plan B. Esta segunda opción saldría por un costo que ronda los 250 millones de Libras en lo que sería una operación más que rocambolesca. Tottenham propone que una vez finalizadas las Olimpiadas que Londres acogerá en 2012 se destruya parte de las gradas del estadio olímpico de Stratford para eliminar la pista de atletismo y dotar de más capacidad al recinto –hasta 60.000 asientos-. Al mismo tiempo, como contraprestación y para mantener un legado olímpico en Londres, se pagaría por adaptar el estadio del Crystal Palace en Selhurst Park a las necesidades del atletismo. Ocurre que el West Ham, cuyo campo Upton Park se ha quedado pequeño, busca también un cambio de domicilio y ha sido el más rápido en proponer instalarse en el futuro estadio olímpico de Stratford. Además, la distancia entre el actual feudo del West Ham y Stratford es de apenas una parada de metro. Inversores y multinacionales como AEG apoyan el proyecto del Tottenham mientras que las autoridades políticas y representantes de Londres 2012 se posicionan a favor de la opción West Ham porque se respetaría el actual diseño del estadio olímpico. La batalla está servida.

No sólo tiene el Tottenham que ganarse el favor de los políticos para imponerse a la oferta del West Ham, también tendrá que afrontar el descontento social que existe en el barrio que lleva el nombre del club si finalmente recibe el visto bueno para su traslado. La marcha del entorno de Tottenham podría acabar con el equipo perdiendo esta denominación por la de Stratford Spurs. El anteriormente mencionado representante de Tottenham en el Parlamento Británico ha anunciado que llevará al club a los tribunales si se deja el barrio e insiste en mantener su denominación. Lammy, quien fuera ministro de la propiedad intelectual en el anterior gobierno Laborista, ha buscado el consejo legal de expertos en la materia y según el rotativo The Guardian, se le ha comunicado que tiene todas las de ganar en un posible juicio. “Un club situado en el otro lado de Londres con este nombre no representa para nada los intereses de la comunidad de Tottenham y yo batallaré porque eso no ocurra”, espetó el miembro del Parlamento. El cambio de estadios, si llega a producirse, se realizaría con miras a afrontar la temporada 2015-2016.

Existe ya un precedente en el fútbol británico con una problemática de esta materia. El histórico Wimbledon FC ganador de una FA Cup y en el que alguna vez jugaron míticos como Peter Shilton y Lawrie Sánchez desapareció hace ahora siete años luego de un cambio de residencia. La ciudad- dormitorio de Milton Keynes al norte de Londres y sin equipo representativo en los altos niveles del fútbol inglés ofreció al Wimbledon FC su estadio y sus instalaciones si se movían allí. Los dirigentes, pese a la oposición de su masa social, accedieron. La polémica decisión acabó con la desaparición del club y la fundación de los actuales Milton Keynes Dons de la League One (Equivalente a 2ºB). A su vez los enfadados aficionados del extinto club, sintiéndose traicionados, fundaron el actual AFC Wimbledon que juega en la Conference, una liga menor muy por debajo de la 3º División española.

No siempre los cambios de estadio acabaron tan mal. Ni los polémicos ni los no polémicos, claro está. El Arsenal FC, por ejemplo, fue fundado en 1886 en Woolwich, muy al sur de Londres y poco después, en 1913 decidió trasladarse a su entorno actual, en la zona norte de Londres. La mudanza fue, entonces, más radical que la que ahora propone el Tottenham. Cierto que ello ocurrió tres décadas después de la fundación cuando no existía una uniformidad de competiciones domésticas. Así, los Gunners jugaron primero en Highbury y luego se cambiaron al Emirates Stadium, pero ambos en la misma zona por lo que no hubo ningún tipo de reacción adversa de los aficionados. Por su parte, el Manchester City abandonó Maine Road, bastante cercano a la casa de sus rivales Manchester United, para trasladarse a otro barrio de Manchester donde ahora juegan en el City of Manchester. Finalmente una hipótesis de futuro: la del Liverpool. El club del Mersey tiene decidido un cambio de estadio y previsiblemente, si las autoridades municipales acaban dando el visto bueno, se moverán a Stanley Park, unos metros al Norte del actual Anfield consiguiendo, de esta forma, tener un recinto de mayor capacidad que los 45.362 actuales. La letra pequeña es que el cambio de feudo llevaría implícito compartir el estadio con sus rivales del Everton, situados justo al otro lado de Stanley Park.

4 comentarios:

Bruno_1 dijo...

Ya te he agregado a mi lista de blogs amigos en la sección fútbol con etiqueta de futbol internacional. Saludos, crack.

VillaverdeRCD dijo...

Fantástico David,del Tottenham era i padre cuando vivía en Ingalterra,por eso cuando hay un Arsenl VS tottenham hay discusiones jeje.

Saludos amigo Saludos desde Fútbol De Etiqueta

Machaco dijo...

El sabor que tenía Highbury Park era soberbio.
Lo hicieron muy bien, se mudaron a un estadio de ensueño y en el lugar del viejo Highbury construyeron apartamentos con magnifico gusto, respetando la fachada principal. Y la afición no tuvo que moverse de barrio.
Están al lado !!!
Me dolería que los Spurs se movieran.
White Hart Lane tiene magnificas posibilidades de ampliación.

David F. Pascual dijo...

@Machaco
Veo que conoces muy bien el entorno del antiguo Highbury. Lo has explicado fenomenal, porque fue así. El Arsenal tuvo la suerte de encontrar una gran superficie en su entorno. Respecto al Tottenham, sería muy duro si se trasladan pero el dinero es el dinero y según son las cifras la diferencia es de 200 millones, que no es poco. Ya veremos que pasa al final.
Saludos a todos.