Hace ya dos décadas que el mundo lleva esperando un despertar del fútbol africano. La esperanza de que esto alguna vez llegara a ocurrir se fundamenta en el buen papel de la Camerún de Roger Milla que en Italia 90 progresó hasta cuartos de final donde puso en aprietos a Inglaterra (Antes ya venció 1-0 a Argentina en la jornada inaugural). Sobre todo se trata de acabar con el matiz exótico que se suele dar al fútbol en África y Asia y hablar de equipos contrastados, de esos que pueden dar una sorpresa en una competición. El fin último es que haya una alternativa de poder a los pesos pesados Europeos (Alemania, Italia, Inglaterra, Francia y España) y Sudamericanos (Brasil y Argentina).
No soy nada optimista. Sólo hay que ver el juego y los resultados de estos combinados en los últimos mundiales. No se ve una clara evolución positiva. Los equipos se han estancado. No es falta de calidad, más bien es una falta de identidad y de organización. Antes estos equipos estaban plagados de jugadores desconocidos, algunos prometedores, pero nadie de nivel. Esto hace años que no ocurre, precisamente desde la quinta de Roger Milla. Ahora las jóvenes promesas del fútbol africano emigran temprano a Francia, Bélgica, Holanda o los países nórdicos como primer paso hacia los grandes del fútbol europeo.
Los equipos africanos presentes en este mundial son precisamente los grandes del continente. Nigeria ha sido y es quizá la gran potencia, ahora representada por John Obi Mikel (Chelsea), Obafemi Martins (Wolfsburgo) y Yakubu (Everton). Camerún fue la primera en darse a conocer y ahora sobresalen los nombres de Eto´o (Inter), Assou- Ekotto (Tottenham), Álex Song (Arsenal), Makoun (Lyon), Webó (Mallorca). Mientras, Ghana no suena tanto pero también tiene su poder, representado en Sulley Muntari (Inter) y Asamoah Gyan . Costa de Marfil ha sido la última en llegar a la élite pero es la que quizá más jugadores tiene en clubes europeos de alto nivel como Didier Drogba (Chelsea), Salomon Kallou (Chelsea), Emmanuel Eboue (Arsenal), los hermanos Touré (Barcelona y Manchester City) y Romaric (Sevilla).
Tienen un potencial indudable, pero no dan el paso adelante. Físicamente son las selecciones más potentes pero tácticamente hablando no son un equipo. Los errores son plausibles e importantes y abundan cada partido. Así, de nada les sirve ponerse por delante en el marcador porque acaban dándole la ventaja al rival que empata e incluso aumenta diferencias. La concentración defensiva, desde luego, no es el fuerte de estos conjuntos. Da igual que venga un entrenador europeo a poner orden. Esto no hay quien lo cambie, desgraciadamente. Camerún y Nigeria han sido en este torneo los máximos exponentes de la inmadurez del fútbol africano. Primero Camerún, que salió con el cuchillo entre los dientes a ´comerse´ a los daneses y certificar su candidatura a pasar de la fase de grupos. No sólo no hizo eso sino que acabó eliminada. ¿Por qué? Por adelantarte en el marcador, perdonar y regalar el partido. Los goles daneses vienen de errores defensivos de bulto. Eso fue hace unos días. Hoy Nigeria, que pese a no haber puntuado podía pasar de fase en esta última jornada, cual dêja vû ha vuelto a repetir los mismos errores que condenaron ya a la campeona africana. Igual que Camerún empezó liderando el marcador con un tempranero gol. Luego se deja empatar con un gol que llega tras un cabezazo de un coreano que estaba sólo en el segundo palo y encima le clavan el segundo con un gol que llega por una mala acción del portero tras una barrera mal colocada. No es casualidad que los dos goles lleguen tras jugadas de estrategia. Fallo de concentración.
Camerún es para mí la gran decepción del mundial. Tiene historial, tiene equipo y tiene carácter. Eto´o venía de haber ganado el triplete con el Inter y eso, sumado a las críticas del mítico Roger Milla, debería haberle espoleado. Desgraciadamente para los cameruneses él no ha tirado del carro, y aunque lo hubiera hecho no habrían llegado muy lejos a tenor de la bisoñez mostrada por el resto de jugadores. Costa de Marfil ha sido el equipo de los amantes del fútbol pero ha tenido la mala suerte de verse encuadrada en el peor grupo posible. Plantaron cara a Brasil pero igual, si no se está concentrado y se defiende bien, contra Brasil es seguro la derrota.
Desafortunadamente nada extraordinario nos traerá este mundial, más allá de una pasable organización de Sudáfrica, en el que será el primer torneo mundial celebrado en tierras africanas. ¿Habrá alguien que ponga en vereda a los futbolistas africanos? Hay todo un continente que espera para llevarse la alegría de su historia.
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