Víspera de mucho, día de nada. Una vez más el Arsenal se enfrentaba a la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y callar muchas bocas. El equipo llegaba líder a Old Trafford y con la confianza de haberse aupado a lo más alto de la tabla sin haber practicado su mejor fútbol. Enfrente, un Manchester United imbatido en liga pero que cada vez impone menos miedo a los rivales. El resultado ha sido el de siempre: el equipo más laureado de la ciudad de Londres no ha dado la cara. Este Arsenal es el de las mil y una maneras de perder ante los grandes. Otro día de la marmota. La eterna decepción ante quienes soñamos con volver a ver un Arsenal campeón con todas las letras.
El poco mediático pero efectivo Park decidió con un cabezazo. |
He aquí una estadística radicalmente reveladora: el Arsenal no ha ganado ninguno de sus últimos once enfrentamientos ante Chelsea o Manchester United. Eso es, once encuentros en casa y fuera, antes los llamados candidatos al título. Pues no, así no hay opción de ganar la Premier League que valga. Decía que los Gunners han sucumbido de todas las formas posibles ante grandes rivales y simples aspirantes a animadores de la competición, pero la de esta noche es, a mi juicio, la peor de todas. Simple y llanamente, porque el Arsenal no ha ofrecido nada. Ni juego, ni ambición, ni ocasiones. Todo ello ante un Manchester United cumplidor pero que no ha sido una apisonadora. Claramente se veía un equipo de hombres jugar contra uno de amateurs. Me duele pero al final tendré que darle la razón a Patrice Evra, quien se desmarcó declarando días antes de este choque que el Arsenal “es un centro de formación” candidato a todo y ganador de nada de unos años a esta parte.
Sin excusas. Últimamente al Arsenal – a su entrenador, vamos- siempre le quedaba el recurso al pataleo. Un penalty no pitado, un gol no concedido, un error arbitral, una expulsión injusta, siempre había algo de lo que Arsène Wenger pudiera echar mano. Pero esta vez no amigo. La primera parte finalizó con el triple de lanzamientos a portería del Manchester United –respecto al equipo londinense-, que también dominó la posesión del balón. ¡Toma estadística! No extraña que ya fueran ganando los locales. Es sin duda una gran oportunidad la que han perdido los Gunners y es que el encuentro fue trabado y lleno de faltas durante la primera mitad. Aún así los ´Red Devils´ fueron los únicos que inquietaron seriamente los dominios del área rival. Los partidos los ganan los jugadores desequilibrantes, y el Manchester United tiene, al menos dos: Rooney y Nani. El portugués, un auténtico puñal por su banda, desbordó a Clichy y puso un centro envenenado –por el rebote del balón en el propio defensa- que acertó a cabecear el coreano Ji-Sung Park cuando corría el minuto 41 de juego. Suerte, dirán muchos. Sí, un churro de cabezazo, pero vale tres puntos. Así, con los goles que llaman psicológicos se fue el encuentro al descanso.
El inicio de la segunda mitad fue un espejismo. El Arsenal recuperó el balón y tocó al borde del área rival pero sin crear mucho peligro. Quien tuvo el gol por parte de los Gunners fue el franco-marroquí Chamakh pero tardó en decidirse y bien la defensa, bien el portero atajaron su disparo. Nasri, otrora salvador del conjunto de Wenger, estuvo más bien impreciso y tuvo escaso protagonismo. El equipo de Londres naufragó sin centro del campo en la parte de la organización. Todo el peso del juego cayó en un frágil, sobrevalorado y totalmente acabado centrocampista checo (Tomas Rosicky) al que incomprensiblemente Wenger sigue dando la manija de los Gunners. Fábregas esperaba su opción desde el banquillo. Pero no nos engañemos, anoche nadie del Arsenal pudo salvarse de la quema. Ni Fábregas, ni Van Persie, ni Walcott –luego hablaré de este jugador- cambiaron la cara al encuentro. Los elogios debe llevárselos únicamente Wojciech Szczesny que con 20 años debutó en la Premier League con los Gunners después de una repentina lesión de su compatriota el polaco Lukas Fabianski. Así llegó un discutido penalty de Clichy que por justicia poética acabó marrando un muy recuperado Wayne Rooney. Después de este más que serio toque de atención y viéndose a sólo un gol de sacar un punto de Old Trafford, el Arsenal fue una caricatura de equipo llevado por la imprecisión que pudo encajar algún que otro gol más. Theo Walcott, que salió en la segunda mitad por Arshavin, no tiene calidad ni nivel para este equipo. Tiene velocidad sí, pero ninguna o poca habilidad para conducir el balón en carrera sin perderlo. Arshavin es otro que está sobrevalorado. Cierto que no juega en la posición más apropiada para su juego, pero el ruso se pierde haciendo la guerra por su cuenta cuando un poco de solidaridad quizá lograría hacer de él un jugador más atractivo.
Para terminar me quedo con las palabras de uno de los comentaristas del partido en Sky Sports Reino Unido: “Uno se espera algo más de un Arsenal que llega líder a Old Trafford”. Justo es eso. Hasta ahora nunca se había podido reprochar nada al equipo de Wenger, porque moría con las botas puestas, es decir, desplegando un bonito juego y noqueado por la pegada del contrario. Pero ayer, el Arsenal fue un quiero y no puedo de equipo, un conjunto de jóvenes a los que les vino demasiado grande el envite. Un encuentro que podrían haberse llevado, puesto que el Manchester no ofreció gran cosa. Es quizá esto lo que más duele, el haber perdido una ocasión que ni pintada. Siempre nos quedará la Carling Cup, ¿no? Desde ahora cambiaré de canal o cerraré la ventana del ordenador cuando vea un artículo donde se hable de un Arsenal candidato al título de la Premier. Esta historia la he visto muchas veces desde el 2004 y tanto venía el lobo a por Caperucita que ya nadie se lo cree.
2 comentarios:
Yo creo sinceramente que el Arsenal hizo lo que pudo desde lo que sabe hacer,jugar al fútbol.Pero se encuentra delante un equipo que contra los grandes juega más a destruir que a construir.Y eso al United también hay que reprocharselo.Coincido contigo en que Rosicky está sobrevalorado.Creo que es un jugador al que le faltan cosas en todas las posiciones donde puede jugar.Físico,carácter,gol...Arshavin está mal,muy mal.Y su actitud no ayuda en nada.No estoy tan de acuerdo con Walcott.De los revulsivos de Wenger fue el que dió algún sintoma de que podía ocurrir algo.Cesc no estuvo(pero sabemos lo que es).Van Persie como de costumbre tampoco(que sabemos lo que puede ser y lo que nunca ha sido-es).Creo que Wenger debe hacer una criba a final de campaña y hacer salir jugadores muy potenciales pero poco reales.El Arsenal no puede sostener jugadores como Van Persie por ejemplo(más allá de las lesiones).Y necesita un 9 como el comer,porque Chamack no da la talla.
Amigo Turu, desde mi más sincero aprecio por haber entrado, leído y comentado mi post, te digo que no creo que el Arsenal jugara a nada. A nada. Los números así lo atestiguan. El Manchester, que como bien dices, se dedicó a destruir, tiró más veces a puerta y con más peligro. Los Gunners tuvieron poco el balón, no lo hicieron circular bien, no dispararon a puerta con sentido y perdieron mucho la posesión. Ése no es mi Arsenal. Como digo en el post, hasta ahora habíamos perdido de muchas formas y en casi todas ellas teníamos el dominio del balón y del juego y el lunes no ocurrió.
Finalmente te animo a que sigas leyendo el blog si realmente te interesa la Premier. Incluso, si quieres puedes sugerirme temas.
Un fuerte saludo.
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