Roberto di Matteo rescribe el guión cada vez. No hace ni un mes que accedió al cargo de primer entrenador del Chelsea –con carácter interino- pero parece que su fórmula está dando buenos resultados. Es aventurado intentar adivinar qué se le pasa por la cabeza al italiano porque no deja de hacer cambios, retoques y conjeturas. En el Manchester United sabemos que de Gea, Evans, Evra, Carrick y Rooney juegan el 95% de los encuentros mientras que en el Etihad Stadium todos saben que Hart formará en puerta con Kompany y Lescott como centrales, Yaya Touré en el centro del campo y el Kun Agüero arriba. En el Liverpool de Kenny Dalglish también hay fijos: Reina, Skrtel, José Enrique, Gerrard, Kuyt y Suárez. Podría seguir hasta llegar por cubrir a todos los equipos de la Barclays Premier League. Bueno, todos menos este Chelsea. Roberto di Matteo ha implantado una nueva seña de identidad esa de que “aquí juegan todos”. Y es que salvo el cancerbero Petr Cech, que ha salido de inicio en los nueve encuentros dirigidos por el italiano, ningún otro jugador de campo ha repetido presencia consecutiva en todos esos choques.
Presión. Di Matteo tiene ante sí dos meses para cumplir objetivos. |
Dicho todo esto no creo que ninguna de las razones anteriormente expuestas hayan sido la base utilizada por di Matteo para poner en marcha esta estrategia suya. Si acaso ha sido importante la presencia del Chelsea en tres competiciones (Liga, FA Cup y Liga de Campeones) la que ha obligado al técnico a rotar. Pero una cosa es rotar y otra lo que di Matteo está haciendo en Stamford Bridge. Algo de respeto a los pesos pesados del vestuario debe haber, digo yo. Una vez despedido Villas- Boas se ha sabido que su relación con algunas vacas sagradas no era la mejor –con Lampard tuvo sus más y sus menos- y pienso yo que Di Matteo es un diplomático consumado.
Una de las señales que invita a pensar que la idea de Di Matteo de dar minutos a todos los jugadores posibles es que ha realizado los tres cambios en todos y cada uno de los encuentros que ha dirigido. Hasta 20 jugadores ha utilizado el técnico transalpino en estos nueve encuentros (1 portero, 8 defensas, 6 centrocampistas y 5 delanteros). Oriol Romeu es junto al portero suplente Ross Turnbull el único jugador que no ha disfrutado de minutos de la mano del ex del West Bromwich Albion. Otra curiosidad es que el medio portugués Raúl Meireles es el jugador que más veces ha sido sustituido (en cuatro ocasiones).
¿Cuáles son los efectos positivos y negativos de jugar sin un once definido?
La sapiencia futbolística permite pensar que cuanto más conjuntados están unos jugadores mejor rendimiento darán al equipo. Cuántas veces se ha dicho que tal equipo juega con los ojos cerrados o que cuales jugadores se entienden de maravilla. Eso se lo pierde el Chelsea. Por otro lado, no garantizar a nadie la titularidad absoluta debería servir de acicate para todos con objeto de dar el máximo y repercutir positivamente en el equipo. Más allá de todo esto, a mi modo de entender, no contar con un once definido es sinónimo de alguien que no tiene las ideas nada claras. Ningún equipo ha llegado a las más altas cotas utilizando 20 jugadores casi cada partido. La básica de las rotaciones es que éstas se materializan en encuentros a priori fáciles o en competiciones infravaloradas por los técnicos. De otro lado, esta técnica de Di Matteo sirve para ponérselo más bien dificil a sus rivales ya que a la hora de preparar el encuentro no saben bien si van a enfrentarse a una delantera tipo Kalou, Torres y Mata u otra tipo Drogba, Mata y Sturridge.
Variedad. Di Matteo no ha repetido once y ha utilizado hasta 20 jugadores en estos 9 partidos. / Elaboración propia |
Lo cierto es que hasta el momento ni el más exigente de los aficionados ‘Blues’ como es el mandamás Roman Abramovich puede quejarse de la labor de Di Matteo. Los resultados están llegando, a trancas y barrancas, y el equipo ha conseguido desembarazarse de Nápoles y Benfica, alcanzando las semifinales de la Liga de Campeones al tiempo que se intenta no perder comba en la lucha por las plazas europeas en la Premier League. Cierto es que el juego de este Chelsea no convence a nadie. Hoy por hoy no hay ningún jugador que sobresalga en este equipo y la falta de un mediocampista de creación que surta de balones arriba lo están notando mucho sus delanteros.
Pocos son los que creen que los Cech, Terry, Lampard y compañía van a conseguir eliminar al FC Barcelona. Quizás sí tengan más opciones con la FA Cup, de la que se jugarán el ser o no ser este fin de semana precisamente. Serán unas semifinales contra el Tottenham Hotspurs en Wembley; un encuentro que les llega a ambos en un estado de forma un tanto irregular –quizás peor estén en White Hart Lane. Así, el Chelsea con Di Matteo acumula seis victorias -3 en liga y otras tantas en Liga de Campeones- , dos empates y una derrota.
No lo tendrá fácil el Chelsea en la Premier League ya que acaba de ser superado por un enrrachado Newcastle. El Arsenal está algo destacado en la tercera plaza y si nada lo remedia parece que tanto Tottenham como Newcastle como Chelsea pugnaran por la última plaza de Liga de Campeones. El premio menor para los perdedores de esta lucha será la Europa League.
Igualmente dificil será para Di Matteo conservar su puesto en el banquillo de los ‘Blues’. Imagino que el italiano intentará, por mínima que sea la posibilidad, convencer a Abramovich de que es el hombre idóneo para devolver la gloria a los londinenses. Acabar la temporada con un título bajo el brazo ayudaría, sobre todo si es la ‘Champions’. Ahora bien, todos conocemos a Abramovich y su predilección por contar con técnicos de caché y reconocido prestigio. Aquí Di Matteo no entra, todavía –se le ven hechuras de técnico con futuro. Ya se habla de una terna de candidatos entre las que se encuentra el francés Laurent Blanc, que podría dejar su cargo como seleccionador francés después de la Eurocopa de Polonia y Ucrania.
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