La Liga de Campeones ha perdido esta semana a dos grandes animadores de la competición. Sorpresivamente el Manchester United de sir Alex Ferguson se hizo eliminar a manos del modesto FC Basilea de Suiza, mientras que el Manchester City se despidió con una victoria que nada sirvió porque el Nápoles no falló. La caída de otros equipos de pedigrí europeo como el Valencia y el Oporto dejan bastante claro que un año más Real Madrid y Barcelona son los claros candidatos al título.
Los diablos rojos han sido siempre un valor seguro en la Liga de Campeones. Es el único equipo capaz de rivalizar con el Barcelona en resultados y rendimiento en esta competición en la última década, no en vano ha estado presente en tres de las últimas cuatro finales de la Liga de Campeones – y ganando una de ellas. Ahí es nada. Sin embargo más impresionante todavía es el record que este equipo tiene en la fase de grupos de la máxima competición europea. En los últimos diez años, el Manchester United ha avanzado a la fase de eliminatorias en todas las temporadas salvo en una y ha sido primero de grupo en siete ocasiones. Como decía, un club a la misma altura que el Fútbol Club Barcelona, que se ha demostrado intratable para todos y cuantos clubes se han cruzado en su camino en la fase de grupos de la Liga de Campeones. Solamente Deportivo de la Coruña en la temporada 2001/2002 y el Olympique de Lyon en la 2004/2005 osaron romper el dominio de los de Manchester encabezando el grupo al final de las seis jornadas.
El United ha logrado ser primero de grupo en siete ocasiones en los últimos diez años. Gráfico: elaboración propia |
Así, hacía seis años que el Manchester United no se despedía de la máxima competición continental a las primeras de cambio. Entonces los ‘Diablos Rojos’ quedaron encuadrados en un grupo más difícil que el de ahora, con Villareal –que acabó primero - Benfica y Lille. Entonces, como ahora, a los de Alex Ferguson les pesó haber empatado tanto y no haber sacado más rédito a sus partidos a domicilio. Personalmente creo que el hecho de que el Manchester City haya puesto en tela de juicio la supremacía del United en la Premier League ha tocado muy mucho la moral de los pupilos de Alex Ferguson, que en su trayectoria ‘champions’ se han mostrado un equipo descentrado, indolente y poco sólido. No haber podido batir al Basilea (3-3 en Old Trafford y derrota 2-1 en Suiza) ha sido sin duda el factor clave en la eliminación dado que al final se han disputado con los helvéticos la segunda plaza de grupo. Incluso en sus partidos con la cenicienta del grupo, el Otelul Galati rumano, el United tuvo que sufrir para abrir el marcador y llevarse los tres puntos. No era, desde luego, un buen presagio de lo que le iba a ocurrir en su último partido de grupo en Basilea.
El Manchester United podía haber amarrado su clasificación en Old Trafford sacando los tres puntos del complicado choque ante el Benfica de la penúltima jornada. Sin embargo los lisboetas cuajaron un gran partido y no dejaron al Manchester despegarse del marcador. Así nos plantamos en la primera ‘final’ de los Rooney, Nani, De Gea y compañía. Nadie podía esperarse que el Manchester United quedara fuera. No, porque con empatar les valía. No, porque el Basilea nunca había ganado al United y nunca se había clasificado para octavos de final. No, porque el Manchester United era un valor seguro en la ‘champions’.
El equipo jugó con fuego. Pecó de autosuficiente y no supo reaccionar ante la adversidad. Un modesto equipo sin estrellas rutilantes pero movido por la ilusión de tumbar un grande y hacer historia acabó, gracias a su solidez defensiva y una inusitada efectividad goleadora, con el Manchester United.
Hasta ahora ningún equipo había podido hacer sombra al Manchester United y por tanto no habían salido a la luz los defectos de este gran equipo. Pero la irrupción del Manchester City y la altísima competitividad existente en la Premier League está precipitando los acontecimientos. Me atrevo a dibujar paralelismos entre el Manchester United y el Chelsea, los últimos dominadores de la liga inglesa, que están viendo como tienen cada vez más un equipo envejecido en el que los jóvenes no están demostrando tener la calidad suficiente como para tomar el relevo. Pensaba que la tempranera caída en Liga de Campeones podía hacer temblar los cimientos del proyecto Ferguson, pero no. No habrá renovación en el banquillo a menos que él mismo decida marcharse.
Ahora al United le queda la Europa League, un mal menor, donde tiene la motivación de poder encontrar a sus rivales, el Manchester City. Y queda la Premier League, quizás la única verdadera competición que podría salvar la temporada.
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