La Football Association (Federación Inglesa de Fútbol) acaba de desvelar que el delantero del Manchester United, Wayne Rooney será sancionado por sus insultos a la cámara durante la celebración del tercer gol en la victoria que su equipo consiguió ante el West Ham 2-4 el sábado. El ariete del United convirtió un penalty y tras ser abrazado por sus compañeros fue captado por una cámara de Sky Sports utilizando lenguaje malsonante de forma clara y explícita en dos ocasiones. Este incidente, que ha provocado gran estupor entre los televidentes y que no fue recogido por el árbitro, tendrá consecuencias negativas para el ex del Everton. Cabe recordar que no es la primera vez que las cámaras ‘cazan’ a Rooney, que se despachó a gusto ante sus propios aficionados luego de un empate 0-0 ante Argelia en el segundo partido de Inglaterra en la Copa Mundial de Sudáfrica 2010.
Ahora mismo, la opción que gana más enteros es la sanción de dos partidos. Sin embargo, la Federación de Fútbol inglesa ha concedido al del Manchester United hasta las 18.00 horas de mañana para realizar su alegato de defensa ante la posible sanción. Rooney ya pidió perdón públicamente después del partido pero su carácter reincidente y el revuelo provocado parece que no le evitarán el perjuicio económico o deportivo. "Quiero disculparme por cualquier ofensa que pudiera haber causado mi celebración del gol, especialmente hacia padres o niños que estuvieran viendo el partido", dijo Rooney en la página web del Manchester United. El organismo deportivo entiende que el problema no es que el jugador profiriera insultos durante un lance del partido sino que lo hiciera de forma deliberada cuando se sabía enfocado por la cámara.
“F****** what! What! F***** hell!”. Son las más que inapropiadas palabras lanzadas por el delantero al camarógrafo. Verbo hecho arte. No creo que haga falta ni traducir si quiera. Ésa fue la del sábado. La del mundial es en versión light, sin insultos: “Nice to see your own fans booing you. That´s what a loyal supporter is”. Largo fue el viaje que habían hecho los aficionados ingleses, hasta Sudáfrica, y lo último que se podían esperar era la crítica exacerbada y pública de la estrella que no rendía al nivel esperado.
La rajada fue, entonces, prácticamente calcada. Rooney se retira del campo tras el silbato final del árbitro y a cuando ve que la cámara le enfoca suelta todo. Esta vez se entiende todo perfectamente.
No soy un necio. No pregono porque los jugadores se comporten como monjas de clausura durante los 90 minutos que dura un partido de fútbol. Este es un deporte físico, muy caliente y de rivalidad donde las revoluciones aumentan hasta mil según cada jugador. Hay patadas, golpes, rifi rafes dialécticos e incluso insultos. No seré yo quien diga que hay que acabar con todo ello. Eso sí, bien distinto es soltar sapos y lagartos por la boca frente a una cámara y un micrófono cuando uno se sabe el centro de la atención. Eso es para mí intolerable. Sí, y habrá quien argumente que la culpa la tienen los que colocan los micrófonos para captar todo. Y yo digo, no habría nada que captar si los jugadores se ahorraran ciertos detalles.
Ahora mismo, días antes de que se conozca la sanción para Wayne Rooney lo único claro es que va camino de convertirse en el nuevo Paul Gascoigne, el chico malo del fútbol británico de finales de los ochenta y primera mitad de los noventa. Ese futbolista técnicamente muy dotado pero que no tenía la cabeza para más cosas que la juerga y el desfase y que deambula estos días sin pena ni gloria por el Reino Unido. Wayne Rooney últimamente ha dejado chispazos de lo gran jugador que es pero se empeña en ser más protagonista fuera que dentro de los terrenos de juego. No fue el líder que se esperaba en el pasado mundial, sufrió constantes lesiones al inicio de la presente temporada, estuvo a punto de ponerse en rebeldía porque quería salir del club y acabó renovando y ha estado salpicado de escándalos concernientes a su vida privada. Muchos especulan con la posibilidad de que recoja la capitanía de Inglaterra pero Rooney no es un ejemplo de casi nada. Es un prolífico goleador cuando está centrado. Es una auténtica pesadilla para las defensas, por su garra, su derroche físico y su potencia… pero como le ocurría al viejo Gazza, no tiene la cabeza muy bien amueblada. Desconozco a que venía esta sarta de insultos, a quién iba dirigida pero sinceramente se la podía haber ahorrado. Ahora puede dejar huérfano a su equipo durante dos partidos. Por suerte para Ferguson, el Manchester United no le echará de menos porque el Chicharito Hernández es un valor seguro de cara al gol y Berbatov es el pichichi de la liga. Vamos a ver al final que pasa.
2 comentarios:
Es bastante incomprensible su actitud en esa celebración.Y su comportamiento en el mundial lamentable.Es una de las razones por la que a Inglaterra le va tan mal a nivel de selecciones,porque Rooney no es el único con salidas de tono contra su propia afición.Creo que Ashley Cole también puso a caldo a sus seguidores.Creo que entre prensa,seguidores y jugadores se crea un círculo vicioso que no hace ningún bien a los ingleses.
Saludos
rooney es asi, no es nada nuevo, un animal, un depredador, todo potencia y sentimiento.
y un chico de barrio, mal edudacado, engreido y chulo.
tiene sus cosas buenas futbolisticas, pero es un hooligan con aptitudes para el futbol.
por eso nunca sera tan mediatico y mediatico como messi, cr7, del piero o raul.
y es el eterno problema del futbol britanico, sus jugadores con mas calidad, adictos al descontrol, escandalos, alcohol, apuestas, peleas, mujeres etc etc (best, rooney, terry, ince, gascoine...
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