Liverpool: Un castigo excesivo para un equipo sumido en una profunda crisis

No corren buenos tiempos para los seguidores del Liverpool FC. La temporada de la ilusión tiene visos de convertirse en un auténtico infierno para los ´reds´ a tenor de cómo están las cosas en Anfield. La crisis parece instalada en todos los ámbitos del club: juego, resultados, institución, economía y mando. El último capítulo de esta saga podría significar que el Liverpool perdiera 9 puntos en la tabla clasificatoria y además entrar en administración concursal, según han adelantado ya publicaciones como The Guardian o The Daily Express.

La gestión de los norteamericanos Gillett y Hicks al frente del Liverpool lleva más de una temporada haciendo agua. La afición está harta de ellos y la comunión entre la grada y la directiva lleva sin existir desde hace ya demasiado tiempo. Es, además, vox pópuli que el Liverpool FC no para de acumular pérdidas económicas, las cuales se reflejan en los resultados y el juego del propio equipo desde hace algún tiempo. Como suele ser habitual en estos casos, los dueños del club (Gillett y Hicks) han invertido dinero propio y tienen claro que no se marcharán si no hay garantías de recuperar todo. Actualmente el principal acreedor del club es el Royal Bank of Scotland (RBS), de quien se tiró para solicitar préstamos que inyectaran liquidez al club para mantener la competitividad en la Premier y gestionar la compra de jugadores.

Pese a la crisis de resultados y el malestar de la afición de Anfield los norteamericanos no tenían en mente desprenderse de sus acciones. El clima de tensión contra los propietarios creado por los fervientes seguidores ´reds´ animó a inversores extranjeros a presentar ofertas por hacerse con el control del club. Sin embargo todas fueron rechazadas por la dupla estadounidense más tarde o más temprano. Todas hasta que llegó el grupo New England Sports Venture cuya cabeza visible es el propietario de los Boston Red Sox de Béisbol. La oferta de John W. Henry, que así se llama este magnate, parecía satisfactoria para las partes. Fue entonces cuando salió a la luz la división interna entre los dueños mayoritarios del paquete accionarial (Hicks y Gillett) y los cargos operativos (Martin Broughton, presidente ejecutivo). Los primeros se negaban a autorizar la venta del club porque parecen no estar de acuerdo en la forma en que se les devolvería su dinero mientras que el segundo, como presidente y jefe de operaciones, ha dado luz verde a la venta. Una oferta de compra que rondaría los 300 millones de Libras y que además cuenta con el visto bueno de la Premier League.

El enfrentamiento entre las partes se ha judicializado. Hicks y Gillett han demandado a Broughton y el fallo puede tener consecuencias catastróficas para el Liverpool FC. Si el juez da la razón a los dueños de las acciones, el club entraría en una Administración Concursal mediante la cual el principal acreedor RBS podría empezar a reclamar la devolución de parte de la deuda contraída por la entidad –unos 237 millones de Libras, según The Guardian. Al mismo tiempo el Liverpool sufriría una sanción por la cual se le retirarían 9 puntos. Esto es debido a que la Premier League prevé esta pena para cualquier club que entre en proceso de administración, dentro de cualquiera de las categorías del fútbol profesional inglés –El Portsmouth y el Crystal Palace sufrieron esta sanción el curso pasado. Un fallo del juez a favor del jefe de operaciones posibilitaría la venta del paquete mayoritario de acciones a New England Sports Venture, que garantizaría la inyección de dinero en las arcas del club y un plan para refinanciar la deuda con RBS aportando algo de estabilidad institucional. El dictamen del juez británico se espera para la próxima semana.

En el peor de los casos el Liverpool, que actualmente tiene 6 puntos, pasaría a tener -3 puntos desde la próxima jornada, cayendo así a la última posición de la tabla y a 9 puntos de la salvación. Una losa muy grande para un club histórico que ya había empezado mal de por sí esta temporada. No corren desde luego buenos tiempos para la entidad de la rivera del Mersey.