viernes, 10 de septiembre de 2010

Una nueva prueba de fe para la filosofía Wenger


La lealtad a un club de fútbol no es vana palabrería para algunos técnicos y jugadores en la Premier League inglesa. La longevidad de Wenger en el banquillo del Arsenal, la fidelidad de Gerrard a los colores del Liverpool y la sempiterna presencia de Sir Alex Ferguson al mando del Manchester United son los casos más representativos. Deportistas éstos que llegaron sin un nombre y que ahora son profetas de su propia religión. Una fe que mueve miles de devotos seguidores.

Wenger arribó a la capital del Reino Unido allá por el otoño de 1996. Consigo traía una larga trayectoria al frente del Monaco, por entonces un club modesto en la Ligue 1 francesa, al que llevó al título en una ocasión. Tenía además la difícil misión de hacer olvidar al escocés George Graham, que se había mantenido al frente de la nave ´gunner´ casi una década (1986- 1995). Sin hacer mucho ruido, los éxitos llegaron muy pronto en una Premier League dominada por el implacable Manchester United –equipo que ganó el título en siete ocasiones en la década de los 90. Con Wenger el Arsenal marcó una época y logró alzarse con la ´premier´ en las temporadas 2001- 2002 y 2003- 2004. Este confeccionó la plantilla de los conocidos como ´Invincibles´, que lograron el título sin haber perdido un solo encuentro en toda la competición.
La filosofía de club del Arsenal cambió progresivamente de la mano del técnico alsaciano. La apuesta era la de mantener la estructura del equipo con jugadores británicos ya presentes en el plantel y además traer a jóvenes valores. Así llegaron los Henry, Vieira, Bergkamp, Petit, Overmars, Ljungberg, Wiltord o Pires. Un equipo el Arsenal que con Wenger se afrancesó no por ello dejando de conectar con el público en las gradas.

La fórmula funcionó desde el principio y el equipo pasó a formar parte de la élite dominante del fútbol inglés, algo que los aficionados ´gunners´ agradecerán eternamente al preparador francés. Sin embargo, el último título ganado por el Arsenal data de junio de 2005, cuando se consiguió la FA Cup. Desde entonces, la única miel que se han llevado a la boca los incondicionales es la final de la Liga de Campeones de 2005-2006 que se perdió contra el FC Barcelona de Ronaldinho.
Muchos piensan que Wenger se ha anquilosado y se ha convertido en preso de su propia filosofía. Dentro de un panorama actual de fútbol de grandes dispendios económicos, pese a la crisis, el maestro alsaciano sigue obstinado en no contagiarse de la cultura ´galáctica´. Y a mucha honra. Él lo defiende a capa y espada. Además es de los que cree en la cantera y por ello maneja plantillas muy cortas. La competencia con el Manchester United de Rooney, el Chelsea de los Lampard, Drogba y Anelka y el Manchester City de Tévez, Milner y Barry se antoja más que difícil si se tiene en cuenta la juventud del Arsenal. Wenger es además un convencido de las rotaciones. El técnico no tiene miramientos en plantear unos cuartos de final de copa con un once plagado de suplentes.

La suerte que al principio le acompañó parece ahora esquiva para Wenger. El infortunio llegó el año pasado en forma de lesiones. Además de jugadores importantes. Wenger sufrió de lo lindo para componer un once de garantías con el que afrontar los cuartos de final de la Champions League contra el FC Barcelona al tiempo que pelear por el título de la Premier League. Entre los lesionados de media y larga duración el curso anterior se cuentan: Fábregas, Rosicky, Walcott, Ramsey, Bendtner, Eduardo o Gallas.

Esta especie de maldición parece con visos de repetirse y es que tras sólo tres partidos de la nueva temporada Wenger ya está sufriendo una plaga de lesiones. Así, el técnico francés afronta mañana el partido contra el Bolton Wanderers de Owen Coyle con las bajas confirmadas de Bendtner, Walcott, Ramsey, Van Persie y Nasri. Por cierto que el Arsenal parece gafado con sus internacionales, que vuelven lesionados cada vez casi de manera automática. Primero fue Van Persie y ahora Walcott. La delantera, como se ve, es la línea más afectada con lo que el entrenador sólo podrá contar con Chamakh, Arshavin y Fábregas para los puestos atacantes. Las temporadas futbolísticas son largas por definición y la amplitud de vestuario es siempre un punto a favor para aquellos que aspiran al éxito. La incertidumbre y las críticas pueden volver a sobrevolar el Emirates Stadium si vuelven las lesiones. En otra temporada en la que el Arsenal aspira a todo con un equipo apenas reforzado aunque eso sí, con un año más de experiencia, parece que Wenger se enfrenta a una prueba de fe para su modelo. Otro año más sin títulos podría hacer tambalear los cimientos de un proyecto tan sólido como el de Wenger. Cesc Fábregas ya dio el aviso y otros podrían seguirle.

Sábado 11 de septiembre, 16.00 horas. Emirates Stadium. Arsenal- Bolton Wanderers.

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