Seguramente Arsene Wenger pase a la historia del Arsenal como uno de sus entrenadores míticos, uno de esos que ha marcado época y ha ayudado al club a conseguir un buen ramillete de trofeos. Sin embargo, a mi juicio, Wenger sobra ya en el Arsenal. La razón para mí está clara: los títulos han dejado de llegar y, por tanto, es tiempo de cambiar de filosofía.
Arsene Wenger consiguió traer a Londres a un grupo de futbolistas de poco renombre que hicieron grande al Arsenal. Los Pires, Henry, Vieira, Kanu y Bergkamp, junto con buenos futbolistas ingleses como Dixon, Keown, Ashley Cole o David Seaman lograron que el Arsenal ganara la Premiership sin haber perdido un solo partido. Wenger asimismo borró de forma absoluta la imagen que del Arsenal se tenía, de club ramplón que practicaba un fútbol italiano, resultadista y aburrido. No more "Boring, boring Arsenal", que es lo que siempre cantaban las aficiones contrarias.
En el fútbol, futbolistas, entrenadores o presidentes pasan a la historia por haber formado parte de una época dorada, haber fichado a los mejores o por haber participado en escándalos varios. Arsene Wenger se creó a sí mismo desde el principio. Es un entrenador que siempre ha apostado por la cantera, por la juventud y por los futbolistas de perfil medio bajo. Nada de galácticos vamos. Eso funcionó unos años, pero ya no hay por donde cogerlo. La prueba está en que desde aquella final de Champions League con el FC Barcelona, el Arsenal hace tiempo que no gana/lucha por un tìtulo importante.
A mí este hombre ya particularmente me desespera. Vamos, no sólo a mí. Incluso alguien de la taya de Cesc Fábregas, que le debe mucho al técnico francés, le ha tirado alguna indirecta para que cambie su filosofía. Yo no critico sus tácticas y su forma de ver el fútbol sobre el terreno de juego. Ésa es probablemente su mejor virtud. La que tiene que variar es su política de rotaciones, convocatorias, alineaciones y fichajes.
El equipo del Arsenal, en Europa no asusta a nadie y en Inglaterra, a muy pocos. Todo equipo que aspira a algo tiene entre sus filas un ramillete de estrellas o jugadores de talla internacional. ¿Qué tiene el Arsenal? Cesc Fábregas y poco más. Van Persie, Arshavin, Nasri o Rosicky no dejan de ser buenos jugadores que pueden marcar la diferencia pero no llegan al perfil de los Lampard, Drogba, Anelka o Ballack del Chelsea o los Messi, Xavi, Iniesta, Ibrahimovic o Puyol del Barcelona o los Etoo, Milito, Julio César, Maicon del Inter o los Cristiano, Kaká, Benzemá o Casillas del Real Madrid. Fábregas se quejó en la prensa de que el Arsenal no tenía delanteros altos, robustos y con experiencia. Yo diría más: además de estrellas falta personalidad, veteranía y nombre.
Wenger se empeña en no contratar o en no fichar bien. Con Van Persie y Bendtner lesionados y con Eduardo sin ser una clara referencia este hombre no trae a nadie. El Arsenal está anotando, pero no son sus delanteros. Es Fábregas, Denílson, Vermaelen y ahora Rosicky. Este equipo no da miedo, lo vuelvo a decir.
No entiendo la política de rotaciones del ex entrenador del Mónaco. Hemos tirado dos competiciones donde podríamos tener tantas o más opciones de título que en la Premiership como son la FA CUP y la CARLING CUP. Las derrotas ante Manchester City y Stoke City estuvieron marcadas por el mismo patró: el Arsenal jugó con jóvenes e inexpertos, carne de banquillo e integrantes del `youth squad´. Los Sánchez Watt, Eastmond, Coquelin, Emanuel-Thomas y los menos inexpertos Ramsey, Wilshere, Mérida y Vela no terminan de dar el do de pecho y mientras, seguimos perdiendo competiciones. "Yo digo, quieres hacer rotaciones, vale, pero al menos deja a la columna vertebral titular". La alineación del Arsenal ante el Stoke fue de chiste: Fabiansky, Traoré, Campbell, Silvestre, Coquelin, Ramsey, Eastmond, Fábregas, Denílson, Vela y Emanuel Thomas. Salvo Fábregas, que podría haber descansado, el resto no ofrecen ninguna garantía. Y eso que no digo nada de la defensa, dos jugadores con más de 33 años que ni corren, ni saltan ni nada. Un desastre.
Este año estamos más cerca que nunca del título pero no lo conseguiremos. Yo estoy ilusionado pero sé que las opciones del Arsenal se van a esfumar en los próximos días. Nos enfrentamos primero al Aston Villa, luego al Manchester United, después al Chelsea y finalmente al Liverpool. Mucho me sorprendería que tras ese ´tourmalet´sigamos segundos ¡o vayamos primeros! Dificilmente ganaremos alguno de los choques y volveremos a la cruda realidad. Este Arsenal no llega a más de ser el tercer o cuarto equipo de Inglaterra. Nos dolerá que el Chelsea, equipo de Londres, se lleve el título, pero al menos seguiremos siendo mejores que el Tottenham, que al fin y al cabo es nuestro mayor enemigo.